Ceferin y la prudencia del que tiene mucho que perder

Bernd Reichart, flamante CEO de la Superliga, ha comenzado ya la ronda de reuniones con los diferentes agentes del mundo del fútbol. Una de esas reuniones será con la propia UEFA durante la semana que viene. Puede parecer sorprendente que se pueda dar dicho encuentro a tenor de la aparente firmeza que ha mostrado siempre Ceferin contra la Superliga, pero si uno atiende a las últimas semanas percibirá menos aspereza en el esloveno o, mejor dicho, más prudencia.

La prudencia bien podría venir de la cercanía del fallo judicial del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Está previsto que el alto tribunal se pronuncie sobre la viabilidad de la Superliga en el primer trimestre de 2023 y es bastante probable que determine que la UEFA opera en régimen de monopolio y por tanto cualquier otro organismo pueda competir contra la organización dirigida por Ceferin.

Parecería una postura inteligente por parte del que tiene mucho que perder tender puentes lo antes posible y no situarse en una posición irreconciliable con el pacto. Desde el principio ha sido la intención de la Superliga entablar diálogo con la UEFA para tratar de mejorar el sistema, pero el nombramiento de Bernd Reichart, un hombre que viene del mundo de la comunicación, sin duda ha reforzado ese propósito. Parece difícil llegar a una solución que excluya el diálogo. Sería un error de ambas partes creer que una postura de fuerza puede ser sostenible.

Todo permanece en espera. Los dirigentes que siguen capitaneando el barco de la Superliga esperan que una vez resuelto el asunto judicial el resto de clubes que aún están vinculados a la misma se mueva ya sin el temor a las represalias. A partir de ahí los pasos serán más decididos y todo el mundo operará desde la seguridad jurídica. Será el momento en el que la Superliga tendrá que hacer un esfuerzo de comunicación y volver a explicar las bondades del proyecto. Ese será el trabajo de su nuevo CEO.